Videojuegos: The last Story

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A este RPG de acción de estilo japonés, que es obra del mismo creador de la saga Final Fantasy, Hironobu Sakaguchi (de aquí el guiño del título), le tenía el ojo echado desde que salió en Japón, hace cuatro años. Soy una gran fan de la saga Final Fantasy y saber que su primer director estaba metido en otra cosa me hacía morirme de ganas de jugarla. Aun así, he tenido que esperar todo este tiempo para poder disfrutar de él y por esto os traigo ahora esta reseña tardía. De todos modos, y como un buen juego nunca pasa de moda, si os gustan los RPG y tenéis la oportunidad de jugar, o animo a que lo disfrutéis porque merece mucho la pena.





La historia

La historia tiene como protagonista a Zael, un joven huérfano que se gana el pan como mercenario. Ser mercenario no está muy bien visto en el reino en el que nos situamos, pero esa profesión es la única que nuestro protagonista ha encontrado para seguir adelante. Además, espera que ser mercenario le ayude a alcanzar su verdadero sueño: convertirse en un caballero de verdad.
Al principio del juego, Zael y sus compañeros de aventuras (Dagran, Mirania, Yurik, Syrenne y Lowell) se encuentran en la ciudad de Lázulis para cumplir una misión para el conde Arganan, gobernante del lugar. Es entonces, durante su trabajo, que Zael se ve apartado del grupo y un ente desconocido graba en su mano una marca misteriosa que le otorga un poder especial: el poder de la Errante (es difícil explicar lo del poder de la Errante sin entrar en tecnicismos, pero tiene una gran importancia en el sistema de batalla).

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Después de ese suceso y sin que nadie le pueda explicar lo que ha ocurrido y por qué ese ente misterioso le ha elegido a él, los pasos de Zael se cruzan con los de una muchacha misteriosa a la que unos soldados están persiguiendo. Zael no dudará en ayudarla a escapar y los dos terminarán compartiendo una hermosa velada por la noche de Lázulis.
Pero pronto Zael descubrirá la verdadera identidad de la muchacha y también que la marca de su mano está directamente relacionada con los gobernantes de Lázulis, con el enfrentamiento que humanos y guraks mantienen desde hace siglos y con el hecho de que la tierra se esté marchitando alrededor del mundo.

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A partir de una premisa tan típica, el juego consigue dar unas cuantas vueltas de tuerca al género y mostrarnos una historia de guerras, enfrentamientos pasados que perduran en el presente, traiciones y dobles juegos.
Uno de los puntos fuertes de la trama es la gran cantidad de personajes secundarios que aparecen y la importancia que se le da a sus historias. Así tenemos que todos los miembros del grupo de Zael tienen su momento de gloria en cuanto historia personal, pero además tenemos a personajes como Jirall (el prometido de la princesa Calista), el general Asthar y Therius, Horace (con sus cachibaches y la historia de su mujer) o Ariela y todo lo que rodea la taberna. 
Como comentario personal añadir que me gustan muchísimo los nombres de los personajes, y aunque en la versión en inglés (que es la que llega subtitulada al español) se les ha cambiado a la mayoría respecto a la versión japonesa, creo que en esta ocasión han hecho un gran trabajo.

El apartado gráfico y la BSO

Reconozco que lo primero que me llamó la atención de este juego fue el diseño de personajes. Aunque creo que no es para menos. Como los buenos juegos de rol clásico japonés, el apartado gráfico está tremendamente cuidado, otorgando a los personajes esa mezcla de estilo fantástico, con un toque manga (aunque en este caso el diseño tira más para realista). Los detalles están trabajados al máximo y, por ejemplo, tenemos la oportunidad de cambiar la vestimenta de nuestro grupo, decidir qué accesorios les ponemos e incluso elegir el color de las prendas (como dato curioso, si realizas una misión en concreto se te abre la opción de pasear a los personajes en ropa interior, todo muy surrealista). Y lo bueno es que la vestimenta nos acompañará en todos los vídeos en los que que aparezca cada personaje.

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Los escenarios, aunque un poco limitados, también merecen una mención, en especial la ciudad de Lázulis, que aún siendo una de las ciudades más grandes que he visto en un RPG tiene infinidad de detalles que no nos pasan por alto. Puedes hablar con casi todo el mundo (y hay mucha gente, tanta que a veces tendrás que avanzar a empujones), hay varias tiendas, puedes bajar a las cloacas, etc.

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¿La gran pena del juego? Que sea para Wii y que los gráficos estén desaprovechados. Es cierto que el juego tiene ya unos años y que cuando llevas jugando unas cuantas horas (sin comparar con juegos más modernos) la calidad no es tan mala. Pero estoy segura de que si se hubiese diseñado para PS3 se le podría haber sacado mucho más rendimiento. Especialmente a los paisajes, algunos de los cuales son muy hermosos y quedan algo deslucidos y en los combates, que cuando hay  mucho movimiento se pierde detalle.
Otra cosa que merece un punto negativo son las cinemáticas. Me parecieron escasas y la mayor parte de ellas sólo nos muestran movimientos de la ciudad de Lázulis cuando está en guerra (movimientos de naves, de cañones, etc.). Ni siquiera las escenas finales están hechas con la cinemática buena y, para mi gusto, quedan totalmente deslucidas si las comparamos con esa primera escena en la que se nos presenta a los personajes sentados en la taberna de Ariela y que es una pasada de vídeo.
En cuanto a la BSO, el tema principal es una preciosidad, tanto en la versión instrumental como en la cantada. Me quedaría escuchándolo en bucle durante horas. La música del juego, aunque poco variada la mayor parte del tiempo, es correcta. Aún así, hacia el final del juego, se introducen unas cuantas múscias de combate muy cañeras y adecuadas para la situación. El doblaje está en inglés, como he dicho antes, pero aún así me pareció muy acertado.


 

El funcionamiento

Aunque nos encontramos ante una historia cerrada, se nos ofrece muchas posibilidades para no aburrirnos ni un momento. Para empezar, aunque el juego completo conste de 44 capítulos, no es necesario realizarlos todos para acabar la partida (aunque respecto a los tres últimos es recomendable hacerlo si quieres ver unas cuantas escenas ocultas). Además, en los espacio entre algunos capítulos, tenemos la oportunidad de explorar la ciudad de Lázulis, en la que encontraremos decenas de misiones secundarias y minijuegos. Así, por ejemplo, podemos hacer encargos para la gente, especular comprando comida a bajo precio para venderla cara cuando escasee, entrenarnos en el Coliseo, cultivar calabazas y muchas cosas más. Incluso existe un ciudadano que nos hará regalos exóticos por las veces que nos choquemos contra otras personas o nos demos coscorrones al chocar contra un letrero.

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En cuanto al sistema de batalla, es de lo mejorcito del juego.
El punto central del mundo jugable es ciudad de Lázulis y a su castillo, en los que nos podemos mover libremente casi desde el principio de la partida (sería como lo que ocurre en el "mapa del mundo" de otros juego del género, con la diferencia que aquí no hay mundo). A partir de aquí y a medida avance el juego tendremos que visitar distintas "mazmorras" en las que tendrán lugar los enfrentamientos propiamente dichos. En estas mazmorras habrá un número determinado de enemigos a los que deberemos vencer para salir de allí o pasar al siguiente nivel, de manera que los combates no se pueden omitir ni tampoco son aleatorios al movernos.

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El funcionamiento de estas batallas es a tiempo real y sólo controlamos al personaje principal (que es Zael en el 99% del juego), el resto del grupo se mueve de forma automática o según las órdenes que les hayamos dado. Su mayor particularidad es el fuerte componente táctico que tiene. Así, lo más importante en este juego no es adelantarse a lo loco para arrearle cuatro mamporros al enemigo apretando el botón de ataque en plan psicópata (que, por cierto, los golpes de espada se dan automáticamente en cuanto nos acercamos, no hace falta apretar el botón (aunque se puede activar la opción, pero nos quita fuerza)) sino pensar bien en lo que harás antes de luchar. Por eso, antes de cada combate se nos ofrece una visión de la formación del grupo enemigo y durante los mismos, nuestros compañeros suelen darnos consejos sobre qué estrategia usar para vencer o nos ofrecen realizar alguna acción como por ejemplo derribar un pilar para que caiga sobre un grupo de enemigos.

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Todo eso hace que cada combate sea distinto y que tengas que diseñar una buena estrategia para acabar con el enemigo. En algunas ocasiones, incluso, si te ves superado en número, tienes que usar estrategias sigilosas, como por ejemplo esconderte e ir aislando a los enemigos para matarlos uno a uno sin que den la voz de alarma. Para eso será muy útil la ballesta de Zael, con la que puedes disparar diferentes tipos de flechas. También son muy importante las arma que usas y los conjuros que realizan tus compañeros, porque algunos de ellos inflingirán hasta un 50% más de daño, mientras que otros a los que el enemigo sea afín, lo sanarán.


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Otra característica particular es que en el caso de los magos, cada uno de ellos está especializado en un tipo de magia en concreto. Así, Yurick usa la magia de fuego, Lowell la de hielo, Mirania la sanadora combinada con la obstructora (lanza estados alterados al enemigo) y Calista la sanadora combinada con la protectora. Cuando uno de ellos lanza un conjuro, este no impacta en el enemigo o aliado, sino que dibuja un círculo en el suelo que es el que genera el hechizo si alguien lo pisa. Además, cada uno de ellos tarda entre 10 y 20 segundos en lanzar el conjuro y durante ese tiempo, si recibe un ataque enemigo, tiene que volver a empezar. Es en este punto en el que el poder de la Errante tiene mayor importancia, porque cuando Zael lo usa hace que los enemigos se centren solamente en él y, de esta manera, sus compañeros quedan libres para realizar sus hechizos.


La formación del grupo va variando según el momento de la historia en el que te encuentras y puede ir desde que tengas que enfrentarte a un enemigo utilizando únicamente a Zael, hasta que tengas un grupo de cinco y, además, cuentes con el apoyo de otros soldados o caballeros.

Y otro detalle que se agradece mucho es el tema de la salud en los combates. Y es que cada personaje tiene cinco vidas por combate y resucita automáticamente tras algunos segundos (aunque Zael puede resucitarlos al instante si los toca con el poder de la Errante). También la barra de vida se recupera por completo al terminar y no hay que preocuparse de ir comprando recuperadores de saludo o andar buscando puntos de guardado y esas cosas.


Opinión personal

Perdonadme pero me voy a poner en modo fangirl a loar las grandezas de esta pasada de juego durante los siguientes párrafos porque se lo merece.
No suelo ser muy exigente con los juegos y me  acaba gustando casi todo (véase el FFXIII que todo el mundo dejaba por los suelos y a mí me encantó), pero cabe decir que he disfrutado muchísimo con The Last Story.
Para empezar, la historia me ha cautivado: jóvenes soñado con convertirse en caballeros, condes malvados que son capaces de cualquier cosa para afianzar su poder, luchas milenarias entre razas, princesas no conformes con sus matrimonios concertados... Tiene todo lo que esperas de un RPG, pero sin que tengas la sensación de que te cuentan la misma historia de siempre.
Zael me ha parecido un encanto de protagonista, que sabe lo que quiere, pero que tiene sus dudas sobre el camino a seguir y sobre si todo es lícito cuando se trata de alcanzar nuestros sueños y objetivos. Calista también está bien, especialmente al principio de la historia cuando muestra toda su personalidad, aunque después se vea un poco ensombrecida y caiga en algunos momentos en comportamientos de "soy una pobre princesa en apuros". Mirania y Yurick son un amor a pesar de su carácter taciturno y Syrenne es divertídísima (y se pasa medio juego borracha o hablando de emborracharse). De hecho todos los personajes me han gustado mucho, cada uno con sus cositas y con sus personalidades perfectamente definidas, que aunque un poco estereotipadas pero no por ello aburridas.
Una de las cosas que más me agradado de la trama es que aunque tenemos un gran enfrentamiento ancestral entre dos razas como en muchos juegos de este tipo, se le da un enfoque distinto. Además, se centra mucho en las motivaciones personales de todos los personajes y en lo que les lleva a actuar como lo hacen. En el juego no tenemos un enemigo claro al que hay que derrotar, y aunque al principio los gurak aparecen como los "malos" de la historia, la trama va dando vueltas para mostrarnos que todo depende del prisma con el que se mire y que puede que tengamos aliados que realicen actos con los que no estamos de acuerdo y enemigos que no son tan malos como pensábamos. Además, también se nos plantean varios dilemas morales sobre la obediencia, la guerra y el poder.
Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, hay una historia de amor de por medio (bueno, en realidad hay dos, pero una sólo se nos muestra hacia el final), pero no se hace pesada en ningún momento (incluso se vuelve un poco sosa en algunos momentos!) y está perfectamente integrada en la trama (es una parte muy importante de la misma).

El sistema de batalla me ha encantado. No se me ha hecho pesado en ningún momento (los enemigos aleatorios de algunos juegos pueden llegar a ponerme de los nervios), además es muy diferente a lo que estoy acostumbrada. El hecho de que implique bastante estrategia hace que te tengas que tomas las cosas con más calma y que a veces debas repetir un combate un par de veces hasta que le coges el truco (y entonces te parece que era lo más sencillo del mundo). Es cierto que hay bastantes comandos a tener en cuenta y que al principio del juego me hacía un lío tremendo (pero también hay que decir que nunca antes había usado el mando de la Wii y no estaba nada acostumbrada), pero a medida que iba avanzando la cosa se volvía más sencilla. Además, que como no te lo enseñan todo de golpe, puedes ir aprendiendo poco a poco y sin estresarte demasiado. Lo único que he echado un poco de menos era que hubiese algún sitio "a campo abierto" para ir a luchar para practicar y que no fuera el Coliseo (cuyo funcionamiento no terminaba de gustarme).Y es que en el juego luchas sólo cuando la trama te lo exige. 
También se agradecen las pijaditas varias que te permiten perder horas y horas de tu tiempo, como el diseño de vestuario, los tintes (para conseguirlos necesitas objetos raros que sacas de hacer pequeñas misiones o buscando por la ciudad) o los minijuegos absurdos como el de la caza de ranas o el cultivo de calabazas. 

En definitiva, un juego imprescindible si te gusta el género.

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