Manga: En la misma clase, Asumiko Nakamura
Todos sabemos que las etiquetas van bien para hacernos una idea de lo que
tenemos entre manos, pero en este caso me da un poco de reparo usarlas por las
connotaciones negativas que estas pueden tener. Porque aunque el manga del que
os voy a hablar se clasifica como es un BL o shonen-ai, no tiene nada que ver con la
mayoría de mangas que encontramos bajo esa clasificación. No es una historia
simplona con personajes estereotipados, con mucho drama innecesario o con
excusas tontas para liar a los protagonistas a la mínima de cambio. En la misma clase aborda la
relación entre dos chicos de forma divertida, relajada y muy amena (como
la misma autora nos comenta en el primer tomo, al leerla sientes un
sabor como a primavera temprana) usando un desarrollo costumbrista,
y toca temas como el paso a la edad adulta y la toma de decisiones, los ataques
de pánico o el cáncer, convirtiendo la historia en algo que va mucho más allá
de un simple chico conoce a chico.
Sajô es un chico
extremadamente educado y correcto, además de un estudiante modélico, que ha ido
a parar a un instituto masculino de mala muerte no se sabe muy bien por qué. Su
único punto débil son las clases de música: tiene cero oído musical. Por eso,
cuando el profesor Hara decide
organizar un festival de coros, Sajô se propone practicar por su cuenta para no
defraudarle, porque le tiene en muy alta estima.
Una tarde, Kusakabe, uno de los
compañeros de Sajô, le encuentra practicando a escondidas en el aula después de
clase. Y, para sorpresa de ambos, pues ni siquiera son amigos, se ofrece para
echarle una mano con sus prácticas. Sajô acepta y como resultas de esos
encuentros ambos empezarán a sentir algo el uno por el otro, iniciando así una
relación que irá madurando con el tiempo.
Nada nuevo en el convento, ¿verdad? Pero estamos en las de siempre: importa
muchísimo como cuentas una historia. Y en este caso la autora se toma la
molestia de contárnosla con un mimo increíble.
Sajô y Kusakabe son como la noche y el día. El primero es reservado y
aplicado, mientras que el segundo es extrovertido y alocado. Pero enseguida se
dan cuenta de que están hechos el uno para el otro. Eso no evitará que surjan
multitud de obstáculos en su relación, ya sea por culpa de terceros, por la
falta de comunicación o, sencillamente, por esas cosas que tiene la vida. De
eso van este tipo de mangas. Pero aun así esas circunstancias se llevan con
bastante realismo, además de intercalarse con sencillas escenas de momentos
diarios que los dos comparten y que te hacen esbozar una sonrisa tonta al
leerlas.
Hay dos cosas que me han llamado especialmente la atención de este manga.
La primera es el desarrollo de la
historia de amor, que va cocinándose poco a poco. No con una lentitud en el
mismo sentido de mangas como, por ejemplo, Lovely Complex, pues
aquí los protagonistas empiezan a salir relativamente pronto. Pero aun así
vemos como su amor va evolucionando, como los dos chicos maduran a medida que
se conocen, como cometen errores en su relación, pero buscan la manera de
solucionarlos. Les acompañamos desde que tienen 16 años y están en el segundo
curso de instituto superior, con la cabeza llena de pájaros, hasta que ya con
18 han accedido a la vida adulta, y convierten lo que empezó como un romance
adolescente en un proyecto de futuro en común. Tengo que confesaros que estoy enamorada
de la pareja protagonista. La autora consigue transmitir una ternura infinita
en las escenas sencillas que los dos comparten.
La segunda es el estilo de dibujo
de la autora, que tiene un toque originalísimo y muy personal. Con figuras
masculinas muy estilizadas, consigue diferenciar a cada personaje con unos
pocos trazos. Su dibujo tiene detalles curiosos como por ejemplo el modo en
como hace ciertos objetos/partes del cuerpo, que a veces no tienen una
proporción muy definida pero aun así se ve perfectamente lo que nos quiere
mostrar. O como el hecho de que en algunos personajes secundarios no les
desarrolla los detalles del rostro (como ocurre con Tani, el amigo de Kusakabe,
o con la madre de Sajô, a la que no le vemos los ojos hasta cierto punto del
manga). Particularmente me gusta mucho el modo en como hace los ojos, que no es
el típico diseño de shojo manga, pero que aun así consigue darles un efecto muy
expresivo y hermoso.
La única cosa que llega a molestarme
ligeramente en esta historia es la figura del profesor Hara. No porque sea un
mal personaje (al contrario, me parece un personaje muy bien construido), sino
porque me echa mucho para atrás que, no en una, sino en dos ocasiones, se enamore
de chicos de 15 años rondando él los 40. Es cierto que en ninguno de los casos
llega a pasar nada, y el mismo profesor repite una y otra vez que no tiene
ninguna intención de salir con un chico que no haya cumplido los 20. Pero aun
así es algo que me disgusta.
Originalmente, este manga nació como un tomo único que la autora realizó allá en 2006. Debido a las peticiones de los fans y de su editor, fue realizando pequeñas continuaciones de la misma historia a lo largo de los años (en realidad son tres continuaciones más un artbook, que incluye un par de tiras sobre los protagonistas). Esto hace que se note bastante el desarrollo de Nakamura como autora, tanto en el dibujo (que aunque no sufre ningún cambio importante, sí que gana en el punto de ese sello personal que le imprime, sobretodo en el último de ellos), como en la trama (que poco a poco va haciéndose más profunda e incluso oscura en el tomo dedicado al profesor Hara).
En España, la editorial Tomodomo ha publicado el tomo original (Doukyuusei, 2006), titulado aquí como Compañeros, y la continuación directa (Sotsugyousei, 2010), que consta de dos tomos: Invierno y Primavera, todo ello bajo el título de En la misma clase (de hecho, ese trío puede leerse como una historia completa, pues no hay un gran corte entre ellos), así como el tomo dedicado al profesor Hara (Sora to Hara, 2009) traducido aquí como Sorano y Hara. También se ha hablado de una futura y posible publicación de Occupation to Beloved (O.B), 2012, el último de los tomos publicados por ahora.
A destacar de esta edición la traducción al español, que me parece muy acertada y que con un tono muy coloquial consigue darle muchísima fuerza a los personajes.
Respecto a estas historias que vienen a continuar la historia original, tenemos que:
Sorano y Hara nos cuenta lo que fue
del profesor Hara una vez Sajô y Kusakabe se hubieron graduado del instituto.
Se trata de un tomo cerrado y bastante independiente en el que Sajô y Kusakabe
también aparecen, pero como personajes secundarios. Personalmente no me gustó
tanto como la historia principal porque aunque la cosa empieza con un tono muy
cómico, termina como un auténtico drama. De todos modos considero recomendable
su lectura para entender las historias de O.B.
Occupation to Beloved
(O.B), es una agrupación de historias cortas en la que nos
reencontramos con Sajô y a Kusakabe ya en su vida posterior al instituto, así
como al profesor Hara o algunos de sus amigos que ya hemos visto en el tomo de Sorano
y Hara. Es imprescindible leer este tomo si te ha gustado el resto de la
historia, porque en el caso de Sajô y Kusakabe funciona como un epílogo a su
historia de instituto, mostrando una relación mucho más madura y plácida, de
esas que te dejan una sensación de felicidad completa al leerlo.
Graduation Certificate, 2014, artbook que ya sólo
merece la pena por una de las tiras que contiene.
A parte de estas publicaciones, Nakamura
ha publicado también dos capítulos extra en la revista Opera, que se pueden
leer por Internet. Uno de ellos nos cuenta un encuentro que tienen el profesor
Hara y Kusakabe después de que se anuncie que el instituto en el que se
conocieron va a ser remodelado y convertido en un centro mixto. El otro nos
muestra lo que sintieron Sajô y Kusakabe después de darse su primer beso, algo
que no se ve en la historia original.
Un manga preciosísimo, recomendable a todo aquel que disfrute con las
historias de amor de instituto sencillas y bonitas.
Buena historia, qué bueno que me la mostraste
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