Del #ProyectoEscritoras a La Nave Invisible
Hace ya medio año, en un arrebato producido por la
frustración y la impotencia, escribí esta entrada haciendo un llamamiento. Una entrada que nacía fruto
del malestar acumulado durante años, viendo como, a pesar de lo mucho que han
ido mejorando las cosas en cuanto a igualdad de género y la creciente
concienciación general por el feminismo, la mujer seguía siendo un personaje
secundario en algo que yo, personalmente, disfruto tanto como es la literatura
de lo fantástico.
Ese llamamiento tuvo un éxito inesperado y un grupo de gente
maravillosas (todas mujeres menos un hombre, ahí debo decir que me hubiese
gustado que fueran más) se unió a la causa y gracias al trabajo conjunto nació
algo tan increíble como La Nave Invisible.
La Nave Invisible nació hace poco más de un mes y es, básicamente, un blog de difusión de la
literatura de género fantástico escrita por mujeres. Es un lugar para
reivindicar el lugar que les corresponde a todas esas autoras ninguneadas por
ser mujeres y para dar a conocer a aquellas que publican ahora y que tan
inadvertidas pasan. Y también para que editores y lectores dejen de tenerle
tanto miedo a las autoras. Como dije en el discurso inaugural que escribí para
el proyecto, es un lugar para remover conciencias.
A nivel personal, tengo que decir que este proyecto me está
llenando muchísimo y me ha hecho recuperar algo que el año pasado creía perdido
para siempre. He conocido a un grupo de mujeres estupendas, con las que me lo
paso muy bien hablando de cualquier cosa y con las que me encantaría poder
compartir unas pizzas algún día. Además, estoy aprendiendo un montón de cosas.
Algunas que podrían considerarse más triviales, como el trabajo en equipo o el
funcionamiento de un blog a nivel casi profesional, aunque no menos
enriquecedoras que el conocer casi cada día a una o a dos o a tres autoras
nuevas, de las que nunca había oído hablar. También aprendo sobre muchísimas
cosas como visiones de la vida o feminismo, e incluso declaraciones de la renta
e IRPF (no os vayáis a creer que todo son risas, ¿eh?).
Al mismo tiempo, y a partir de las biografías de todas las autoras que vamos
recuperando para La Nave, me he dado cuenta de que en todas las épocas ha habido
mujeres que han luchado por el feminismo en la literatura (ya sea en la
literatura de género o en la literatura en general) y creo que es muy injusto
que su trabajo no haya trascendido más allá de unos pequeños y determinados
círculos. Quiero que todo el mundo las conozca, conozca sus obras o su trabajo,
y que se habla de ellas, no sólo en La Nave. Y quiero aprender mucho de ellas.
Han sido (y serán) unos meses de mucho trabajo y ha habido
momentos en los que he tenido la tentación de tirar la toalla. Momentos en los
que he sentido miedo ante la dimensión que estaba tomando el proyecto, momentos
en los que me he sentido abrumada por el trabajo que estaba haciendo, ya fuera
por la cantidad (¡y eso que no he sido de las que más ha trabajado! Admiro
mucho a mis compañeras) o por la toma de decisiones que eso suponía. Momentos
en los que he me preguntado qué hacía yo, que no tengo nada especial que
aportar, en un proyecto así. Pero aquí sigo, en gran parte gracias a mis
compañeras. Y también porque todo lo que estamos haciendo (y lo que queremos
hacer) es demasiado importante para rendirse ahora. Yo también quiero luchar
por ello y aunque no tenga nada especial lo haré con todo lo que tenga en mi
mano.
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