Lecturas del mes: Marzo y Abril 2017

Abril es siempre un mes de mucho trabajo para mí, con Sant Jordi de por medio y la librería llena de libros, por eso no pude terminar la entrada de lecturas de marzo a una fecha razonable para publicarla. Además, teniendo en cuenta que por ese motivo este mes no leí demasiado, decidí que lo mejor que podía hacer era unir las entradas de lecturas de marzo y abril en una de sola. Ha quedado un poco larga, porque cada día me enrollo más y en vez de un resumen de la lectura acabo haciendo una minireseña. Pero espero que quizás así os animéis a leer alguno de estos libros que me han acompañado.
Quiero comentar que dos de los libros de los que os voy a hablar están disponibles solamente en catalán. Uno de ellos será traducido en un futuro, así que he hecho el comentario en castellano para que quede para entonces. Pero el que está disponible solamente en catalán lo voy a comentar en ese idioma, porque me parece más adecuado. Espero que eso no le suponga un problema a nadie.


El hermano del famoso Jack, Barbara Trapido


Siempre he tenido problemas a la hora de leer novelas que tienen ya unos años (y ya no hablemos de las clásicas), porque las estructuras sociales (el clasismo, el machismo, el racismo, etc.) me resultan demasiado perturbadoras y me echan fuera de la lectura; además, esto es algo que ha empeorado todavía más los últimos tiempos. Y esto es precisamente lo que me ha ocurrido con El hermano del famoso Jack.
No es un mal libro y sé que hace unos años lo habría adorado. Pero ahora, y aunque he disfrutado mucho de sus personajes porque están muy bien caracterizados y se hacen muy cercanos, me he pasado la mitad del libro poniendo los ojos en blanco por sus acciones o su modo de pensar.
La novela nos cuenta la juventud de Katherine, una chica inglesa de clase media. Acompañamos a Katherine desde que tiene 18 años y acaba de entrar en la universidad, hasta que cumple treinta y pocos y su vida ha dado ya unas cuantas vueltas. En la vida de Katherine juega un papel importantísimo la excéntrica familia de uno de sus profesores Jacob Goldman. Los Goldman, que viven alejados de los convencionalismos sociales en una casa en la campiña inglesa junto a sus seis hijos, se convierten en la familia de acogida de Katherine, gracias a un amigo común, el bisexual y dandi John Millet, que tiene la obsesión de desvirgar a jovencitos y jovencitas y, a pesar de todos sus ligues, no esconde tu devoción por Jane, la mujer de Jacob. Los dos hijos mayores de la familia, Roger y Jonathan, tendrán un papel importantísimo en la vida de Katherine.
¿El problema de la novela? Que la vida de Katherine gire solamente entorno a los hombres y a la maternidad. Se mencionan las amigas de Katherine, conocemos sus nombres y tenemos alguna escena en la que aparecen, pero nunca llegan a ser una parte importante de la novela. Se supone que Jane y Katherine comparten un fuerte vínculo, pero eso queda desdibujado por la relación que Katherine tiene con los demás hombres de la familia. De algún modo parece que en la novela lo único que importa es saber con quién pierde la virginidad Katherine, de quién se ha enamorado, quién le ha roto el corazón y cuál será el siguiente hombre en su vida.
Aun así, como he dicho más arriba, el desarrollo de personajes me ha parecido muy bien llevado. También el intento de romper moldes sobre convencionalismos (tenemos a un personaje abiertamente bisexual, que aunque cae en todos los estereotipos posibles y es acusado varias veces de vicioso, es más de lo que dan muchas novelas de la época; también tenemos la mención que hace Katherine sobre que la causa de sus problemas mentales y su visita al psiquiatra tienen en realidad como origen la presión social que siente por el hecho de ser mujer). Y si ponemos en cuarentena todo aquello que he mencionado en el párrafo anterior y aceptamos el hecho de que la novela transcurre en los años 70 y que no podemos pedirle ciertas cosas, incluso podría decir que es una buena historia.


Los amigos, Kazumi Yumoto


Después de leer Viaje a la costa (reseña aquí) tenía pendiente la novela más conocida de esta autora japonesa, y puesto que esta fue la novela que salió elegida en la encuesta que hice en Twitter para elegir mi siguiente lectura, me puse manos a la obra.
Tengo que decir que tuve muchos problemas con ella, especialmente al principio. Algo parecido me pasó con la lectura de las que os hablaré a continuación. No es que la novela esté mal escrita, ni que la historia no me gustara, pero se trata de una novela sobre la gente mayor y la muerte, y esos temas me ponen muy emocional y me cuesta leer sobre ellos. Es cierto que Yumoto tiene especial predilección por el tema de la muerte y sus novelas siempre suelen girar entorno a ella, pero, a diferencia de en Viaje a la costa aquí la muerte se nos presenta como algo mucho más devastador y definitivo.
Un grupo de tres amigos, Yamashita, Kiyama y Kawabe experimentan su primer contacto con la muerte en el último curso de la escuela elemental, cuando la abuela de uno de ellos muere y él tiene que asistir al funeral. Fascinados por esta nueva experiencia y con la intención de ver de cerca un cadáver y descubrir qué ocurre realmente cuando muere alguien, los tres deciden empezar a espiar a un anciano del pueblo, pues parece el candidato perfecto para morirse pronto.
Pero, como no podía ser de otra manera, el anciano acaba dándose cuenta de la presencia de los niños, y lo que al principio empieza como una relación tensa, acaba convirtiéndose en una bonita relación de amistad y acercamiento a la gente de la tercera edad.
Se trata de una novela corta y sencilla, que incluso podría pasar por una novela infantil. Está relatada en primera persona por uno de los niños, Kiyama, lo que la hace muy sencilla de leer. Aun así, la historia contiene momentos muy duros, reflexiones sobre la vida y la muerte, que aunque quizás los protagonistas no llegan a comprender en toda su envergadura por su juventud, el lector experimentado sí las descubre a través de sus ojos. Uno de esos temas es la soledad de la gente mayor y el hecho de encontrar motivos para seguir viviendo cuando la muerte está tan próxima. También conocemos un poco sobre la vida de los muchachos y sus expectativas de futuro: lo que sus padres esperan de ellos, lo que ellos en realidad quieren de la vida, o cómo es la relación con lo que los rodea.
Eso sí, tengo que comentar que me ha disgustado mucho el tratamiento de las mujeres en la novela, especialmente centrado en la figura de la madre. Las tres madres de la novela son problemáticas. La de Kiyama porque es alcohólica, la de Kawabe porque siempre está trabajando ya que tiene que mantener a su hijo porque su marido los abandonó para irse con otra mujer, y la de Yamashita porque siempre se queja de su marido y le dice a su hijo que no se convierta en alguien como su padre porque nadie lo va a querer. Imagino que con ello la autora busca reflejar una realidad bastante común en Japón, reproduciendo estereotipos para contar una historia, pero resulta desagradable en el punto en el que sigue alargando esos estereotipos, precisamente.


La memòria de l’arbre, Tina Vallès


Ganadora del premio Llibres Anagrama de novel·la 2017 para libros escritos en catalán, esta novela tiene cierto parecido a la de Los amigos, pues nos cuenta la relación de un niño con su abuelo, a través de los ojos del pequeño.  Por ahora sólo está disponible en catalán, pero por las noticias que he leído, la editorial Anagrama tiene la intención de traducirla próximamente.
Jan es un niño cuya vida se vuelve del revés cuando sus abuelos maternos van a vivir con él y con sus padres. Sus padres dejan de turnarse para ir a recogerlo al colegio y esa tarea recae ahora en su abuelo, que siempre le lleva la merienda. También las cenas cambian y dejan de ser comidas rápidas y mecánicas para convertirse en auténticas comidas de cuchara que incluyen pan. ¡Pan! ¡Si antes en casa de Jan no se comía pan durante la cena!
Pero, aunque nadie le cuenta nada a  Jan, el niño intuye que algo pasa. Lo ve en los silencios y lo cuchicheos, en las conversaciones dejadas a medias cuando él aparece, o en el comportamiento extraño que tienen su madre y su abuela. Una tristeza extraña flota en la casa desde la llegada de sus abuelos, y aunque Jan intenta que eso no le afecte y trata con todas sus fuerzas de centrarse en las cosas positivas, como el hecho de que ahora su abuelo está ahí y le cuenta cosa sobre los árboles y la memoria cuando regresan de la escuela, no puede evitar que a la larga todo lo que ocurre a su alrededor lo acabe afectando.
Si os soy sincera, dejé la novela a la mitad. Como me ocurrió con Los amigos no es que es estuviera mal escrita o que la historia no me gustara. Al contrario. Precisamente, lo que más destaca de la novela es la manera como está escrita, a ojos de Jan, mostrando las escenas con la sencillez y la inocencia con la que la ve un niño, pero destilando por cada costado la crudeza que un adulto descubre en ella: los cambios en la casa, los silencios, las conversaciones que se dejan a medias, las puertas que se cierran.
Es precisamente esa crudeza la que me hizo dejar la lectura a la mitad. No quería acabarla, porque de todos modos sabía cómo terminaría (sólo hay un final posible para esos casos, no es una de esas novelas en las que puedas decir «necesito saber si al final el protagonista vivirá y será feliz» aquí sabes de antemano que para el alzhéimer no hay solución y que la situación no hará más que empeorar) y no tenía ganas de enfrentarme a él, porque a pesar de todo el amor que desprende la relación del niño con el abuelo, la certeza de la enfermedad y la muerte era demasiado devastadora para mí.
Pero de todos modos, si sois de corazón fuerte y os gustan las lecturas bien escritas que muestran relaciones familiares en todo su esplendor, os animo a que le echéis un ojo, porque ya sólo por el modo en que está escrita la novela, ya merece la pena.


 Els homes m’expliquen coses, Rebecca Solnit


La edición de este libro que he leído yo es la catalana, editada en AngleEditorial, que además está traducida por Marina Espasa. Pero también existe la versión en castellano, Los hombres me explican cosas, editada en este caso por Capitán Swing, así que si el tema os interesa, no tenéis excusa.
Rebecca Solnit es una periodista y escritora norteamericana, además de activista para los derechos humanos, el medio ambiente y el feminismo. Tiene 16 libros publicados y ha colaborado en varias revistas y medios, tanto online como físico. Además, ha ganado varios premios gracias a sus obras.
El libro recoge algunos de sus artículos publicados en varios medios a lo largo de 8 años (el primer artículo es de 2008) sobre su experiencia con el machismo y sus reflexiones acerca de por qué es necesario el feminismo y cómo la sociedad actual se dedica a dañar y a destruir a la mujer.
El primero de ellos Men Explain things to Me, que tuvo una gran repercusión online, es el que acabó dando lugar al término «mansplaning». En él, Solnit relata cómo, en una fiesta a la que asistió con una amiga, un hombre que ni siquiera la conocía trató de explicarle su propio libro a Solnit, a pesar de que ella le dijo en hasta tres ocasiones que era la autora del mismo.
A lo largo de los nueve artículos que componen el libro la autora nos expone su visión de la situación de la mujer, centrada especialmente en Estados Unidos, y salpicada también por sus otras preocupaciones, como son el ecologismo y el antibelicismo.  En el capítulo 3, por ejemplo, nos habla del presunto asalto a una camarera por parte de Strauss-Khan, el director del FMI y lo enlaza con las políticas abusivas que el mismo FMI ejerce alrededor del mundo.
Un libro muy recomendable con el que se aprenden muchas cosas, ya no sólo sobre feminismo, sino sobre el mundo que nos rodea. Además, Solnit tiene una manera muy llana y atrayente de contar esas cosas, haciendo que enseguida te sientas atrapado por la lectura y por las historias (en el fondo, siempre personales, pero también generales) sobre el mundo que nos rodea.


Feminisme de butxaca, Bel Olid


La Bel Olid és una escriptora i traductora catalana, i actualment també la presidenta de l’Associació d’Escriptors en Llengua Catalana. A més a més, és activista feminista i forma part de la iniciativa #OnSónLesDones. La podeu seguir al seu compte de Twitter: @BelOlid (https://twitter.com/belolid).
Com explica perfectament el títol del llibre, es tracta d’un petit manual (és molt curt, es llegeix en un plis) on s’exposen idees bàsiques del feminisme actual, que van desde la imposició de gènere que es fa a les criatures des del naixament, encasellant-les en rols predeterminats “perquè es nena” o “perquè es nen”, passant per la violació com a arma de dominació envers la dona, o pel contingut androcèntric de tot el temari escolar, que priva a les dones de referents a la vida, entre molts d’altres temes. Totes aquestes idees están molt ben estructurades i exposades, de forma clara i concisa, de manera que és fácil d’entendre-les.
El que fa bastant especial el llibre és que li dona un punt molt català perquè dedica un capítol a parlar del moviment #OnSónLesDones, que es una iniciativa nascuda darrerament que preten demostrar la invisivilització sistemática de l’opinió de les dones als mitjans de comunicación, fen recompte de les opinadores que apareixen tant als diaris com a les tertúlies de la tele i de la radio.
Em fa especial gràcia que a la contra del llibre hi posa que l’autora exposa les seves idees de manera radical. A mí no m’ho sembla pas gens. De fet, el del llibre és un feminisme molt bàsic. Tot i així em sembla una lectura ideal per a aquells que están començant en aquest món però que encara no tenen les coses massa clares.
«La meva fantasia és una metralleta.
Quan vaig pel carrer i un desconegut em crida alguna cosa: metralleta. Quan el polític de torn fa el comentari masclista de torn: metralleta. Quan el bisbe explica als diaris que com volem que no ens violin, si demanem l’avortament lliure i gratuït: metralleta. Quan a l’escola es valora fins a l’infinit que el pare de les criatures vagi a la reunió, però es donen per descomptat les mares que hi van: metralleta. Quan em fan fora de la feina perquè estic embarassada: metralleta. Quan em diuen que no m’exalti, que no n’hi ha per a tant: metralleta.
Podria semblar una fantasia violenta, però no ho és; és una fantasia d’autodefensa
No, gent, això no és radicalisme ni violencia, és la consecuencia del que les dones hem d’aguantar cada día de la nostra vida.


My brother’s husband, Gengoroh Tagame


Este manga de estilo bara (el bara es un estilo de manga de temática gay en el que los protagonistas se dibujan con estilo oso: grandes, corpulentos y peludos) llegó a mí por casualidad a través de un tuit que encontré en mi TL hace poco tiempo. Investigando un poco he descubierto que el manga está por terminar (creo que termina el mes que viene) y me ha parecido una lectura muy interesante de esas que haría leer a todo el mundo.
El manga se encuentra traducido al inglés y editado por Penguin Random House.
My brother’s husband nos cuenta la historia de Yaichi, un hombre japonés de mediana edad, divorciado y con una hija  a su cargo, Kana. Yaichi no tiene padres, porque fallecieron cuando él era joven, y su hermano Ryoji, que se marchó a vivir al extranjero muchos años atrás, también ha fallecido recientemente, por lo que lo único que le queda al hombre es su pequeña. 
Pero un día, Yaichi y Kana reciben la visita de Mike, el viudo del hemano de Yaichi. Ryoji y Yaichi eran gemelos, pero ante la perspectiva de un futuro incierto debido a su homosexualidad, Ryoji se marchó de Japón y se fue a vivir a Canadá, donde se casó con Mike.
El manga tiene fondo agridulce y muy costumbrista. Mike es un chico afable y bonachón que ha ido a Japón a conocer cómo era la vida de su difunto marido antes de que éste se fuera a vivir a Canadá. Quiere visitar los lugares en los que vivió y creció Ryoji, conocer a las personas que compartieron amistad con él en la escuela y el instituto, y saber cómo era su familia. Aun así, el hecho de que la muerte de Ryoji sea tan reciente en el tiempo y, además, el detalle de que Ryoji y Yaichi fueran gemelos, le pone las cosas muy difíciles y, de vez en cuando, vemos como Mike se ve superado por la pérdida y la nostalgia.
Por otro lado tenemos que la presencia de Mike hace que Yaichi empiece a plantearse muchísimas cosas sobre su pasado y su relación con su hermano. Porque aunque en realidad Yaichi está convencido de que él no tiene nada en contra de la homosexualidad y que nunca faltó al respeto a su hermano por ello, empieza a darse cuenta de que sí tiene pensamientos homófobos que ni siquiera había detectado.
Es precisamente la presencia de Kana la que le hace darse cuenta de ello y la que hace de puente entre los dos mundos. Kana no tiene prejuicios: acepta con naturalidad la homosexualidad de su tío y presume ante sus amigos de su tío extranjero. Y cuando su padre le recrimina ciertas cosas en ese sentido, la niña no puede hacer otra cosa que preguntar “¿por qué?”. ¿Por qué no puede hablar de su tío gay en la escuela? ¿Por qué su padre ha dejado de salir medio desnudo del baño desde la llegada de Mike?
Eso, y también la aparición de la madre de Kana (que aunque esté divorciada de Yaichi tiene una buena relación con él y con la niña, y cuando su trabajo se lo permite les hace una visita), hace que el hombre empiece a cuestionarse todos estos prejuicios. Se deconstruye e intenta cambiar, yendo a la raíz de esos miedos y fobias. Y aunque al principio le cuesta aceptar toda la homofóbia que lleva dentro, poco a poco sus pensamientos empiezan a ir en la dirección contraria: se enfada cuando detecta conductas homofóbicas en los que los rodean o piensa que esas conductas lo único que hacen es dañar a la gente homosexual y que no tienen razón de ser.
El manga va avanzando lentamente a través de sencillas escenas cotidianas: una comida, un paseo, un viaje, para mostrarnos como la vida de los tres protagonistas, y especialmente la de Yaichi, va cambiando con la presencia de Mike, y cómo ese cambio no es sólo positivo para él sino para toda la sociedad.




Asagao to Kase-san, Hiromi Takashima


Por el momento, este manga yuri de instituto no se encuentra disponible en español ni en inglés. Y es una auténtica lástima, porque merece mucho la pena.
No esperéis encontrar en él nada del otro mundo. Se trata de una sencilla historia de amor entre dos chicas que van al mismo curso. Pero está contada con delicadeza, desarrollando la relación con mucho amor. Y, además, el dibujo es precioso, con un aire muy shojo y unos personajes adorables. En cierto modo me hace pensar en En la misma clase (podéis leer la reseña aquí).
 Yamada es una chica sencilla y tranquila. No forma parte de ningún club, pero después de clase se encarga de cuidar las flores del instituto. Cada día, mientras lleva a cabo esa tarea, escondida entre plantas y flores, Yamada no puede evitar fijarse en Kase, su compañera de curso.
Kase es todo lo contrario a Yamada: deportista, atrevida y popular. Es la estrella del club de atletismo femenino y después de clase siempre se queda a entrenar en la pista del colegio.
Yamada cree que nunca tendrá ninguna oportunidad con Kase: la otra chica tiene muchísimas admiradoras y admiradores, y, además, ¡es una chica! Pero de algún modo el camino de ambas se cruza, y lo que al principio empieza como una bonita amistad (aunque está claro que sienten algo especial la una por la otra), acaba convirtiéndose en una historia de amor de lo más dulce, que va desarrollándose mientras las dos estudiantes avanzan en su enseñanza superior, preparándose para la universidad y haciendo planes de futuro.
Es cierto que la historia, especialmente hacia el final, tiene algunas cosas que no terminan de convencerme. Situaciones muy típicas del manga, en las que la actitud de alguno de los personajes raya el abuso. Por ejemplo, hay una escena en la que Kase le pide a Yamada que no se ponga el delantal de volantes que van a usar las chicas de la clase para el festival cultural de la escuela, porque cree que está demasiado mona con él puesto y tiene miedo de que los chicos la acosen. A Yamada le gusta demasiado el delantal y decide ponérselo a pesar de la advertencia de Kase. Y entonces ocurre «lo inevitable»: un grupo de chicos acorrala a Yamada porque «está demasiado mona como para resistirse» y Kase tiene que intervenir para salvar a su novia. Me molesta que a día de hoy se sigan usando este tipo de situaciones manidas, en las que se muestra al hombre como un ser que no se puede controlar y como el control sobre la pareja «para evitar males mayores» algo bueno y deseable.

De todos modos es una lectura que recomiendo mucho porque te deja con una sonrisa tonta en la boca, de lo bonitas que son las protagonistas.


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